9 jun 2010

Transvulcania 2010


El día 5 de junio se celebró la II Transvulcania en la isla de La Palma (Islas Canarias). La carrera es de 83 km y sale a las 6 de la mañana del Faro de Fuencaliente (a nivel del mar) y acaba en Los Llanos de Aridane, pasando por el pico más alto de la isla, el Roque de los Muchachos, a algo más de 2.400m de altitud. Los primeros 20 km son por terreno volcánico, con arena y piedra que hacen muy difícil correr, en continúa subida. Después se va convirtiendo en senda a través de bosque de pinos hasta llegar al pico de las Nieves, donde desaparece la vegetación y la senda es más rocosa y pedregosa, así hasta la cima del Roque. A partir de aquí hay unos dos o tres km con continuas subidas y bajadas para luego empezar un vertiginoso descenso por una senda entre bosques y que al final es muy pedregosa hasta Tazacorte. Desde aquí quedan 6 km para meta, pero hay que superar un fuerte repecho hasta llegar a la carretera que nos lleva a meta.

El sábado me levanté a las 4 de la mañana. Y mi estómago no se encuentra nada bien. Voy a desayunar, pero no consigo meter nada en el estómago. No es un buen presagio, pero aún así nos plantamos en la salida. Los primeros km ya noto que algo no va bien, mi ritmo no es como a mí me gustaría y mi estómago va haciendo ruidos extraños. A partir del km 26 la cosa se complica, me empiezan a dar arcadas. Continúo por la pista, pero debo parar a vomitar en una ocasión. Sigo subiendo un poco encogido y corriendo cuando me encuentro algo mejor, pero tengo que volver a parar para vomitar de nuevo. El asunto no me gusta nada, así que me planteo seguir tranquilamente, encogido y apretando el estómago. Así consigo llegar hasta el Roque de los Muchachos. Aquí me paro a hidratarme y comer algo, porque estaba sin fuerzas. Cuando comienzo la bajada, parece que algo ha hecho efecto y me voy encontrando mejor, así que aprieto algo más el ritmo y, efectivamente, han desaparecido casi por completo las malas sensaciones, aunque haya perdido ya algo de tiempo. Finalmente consigo llegar a meta en cuarto lugar y bajando 6 minutos el tiempo del año pasado, terminando en 8 horas y 54 minutos. Eso sí, blanco como la nieve, pero contento por haber superado el machaqueo continuo que mi cabeza me decía para que me retirara.

La organización de la carrera es fabulosa. No encuentro palabras para describir el trato tan espectacular y maravilloso que ha tenido esta gente con los corredores. Una prueba altamente recomendable de la que no os arrepentiréis. El recorrido es espectacular y muy bien marcado, pues es un GR que, prácticamente, no tiene pérdida y en el que, además, había una persona en la mayoría de los cruces. Además este año el tiempo fue mucho más benévolo que el año pasado para poder correr, pero aún así hace calorcillo. No os la perdáis